Cambio de planes: Pollo, maracuchos y el fin de Colombia con rosario inventao

Depués de haber hablado con el Pollo (amigo del colegio) y con mi familia venezolana mientras estaba en Santa Marta, decidí modificar mi itinerario e ir primero a Bogotá para después encontrarme con el Pollo en San Gil y finalmente con la familia en El vigía/Maracaibro, Venezuela.

Llegué a San Gil y me encontré con el Pollo en el hotel. Nos quedamos un rato en la piscina hablando mierda, nos fuimos al proyecto que esta manejando y finalmente llegamos a la plaza en San Gil a tomar cerveza y seguir hablando. Ahí fue donde decidimos enviarle mensaje por Feisbuc a los ex-compañeros del colegio para encontrarnos en Medellín. Al otro día tenía varias opciones mientras el Pollo trabajaba, ya que San Gil es famoso por los deportes extremos (escalar, rafting, parapente y no se que más). Decidí ir a visitar la cueva del indio donde ví lo que usualmente hay en una cueva (estalagmitas, estalagtitas y murciélagos). Todo el tiempo estuvimos iluminando el camino con nuestras luces en los cascos, menos un trayecto donde el guía pidió un voluntario y obviamente me ofrecí. Me tocó guiar a las otras dos personas con la luz apagada, con una mano en la pared y otra en el techo, mientras el guía (que se había adelantado) tomaba fotos. Al final del trayecto nos tiramos de unas piedras hacia el agua; como el guía no pudo tomar bien la foto, me tiré otras dos veces hasta que salió bien. De bajada a San Gil aprendí que si uno se choca con un burro o vaca, tiene derecho a quedarse con él y exigir al dueño que pague el arreglo o uno se queda con el animal.

Para poder llegar el mismo día a Bucaramanga en bus, para después ir a Cúcuta donde me encontraría con mi familia, me tocaba decidir entre Barichara, un pueblito bohemio muy lindo, y el cañón del chicamocha, donde está el teleférico más grande de no sé donde. Decidí por Barichara. El cañón de chicamocha, o como le puse, el volcán del chipichipi, me tocó verlo en el bus de ida a Bucaramanga.

Llegué a Cúcuta (borde con Venezuela), y me fueron a ver mis tíos para ir al Vigía y eventualmente ir a Maracaibo a ver a mis primos. Quedé impresionado por la fila de carros que había para poder echar gasolina, el racionamiento de agua y los apagones de luz diarios. Pasé una semana con mis tíos, primos y abuela comiendo en todos los restaurantes de Maracaibo. Como pasé ya mucho tiempo en Colombia, decidí que al volver solo iría a Medellín y de ahí a Ecuador.

La gente en Medellín no cambia. HUlko, amigo del colegio donde me quedé, y el resto de amigos, andan igual de inmaduros. El Viernes salimos a tomar al parque Lleras; el sábado llegó un ex compañero de la universidad,  Danny Obyrne (donhil) con la novia y subimos a la finca de Aleja (novia de Hulko) en la Ceja; y el Domingo nos tiramos del puente del Peñol. Como lo dejo todo para última hora, decidí el lunes (un día antes de salir hacia Ecuador) hacer las vueltas para sacar el certificado judicial, necesario para ingresar a Ecuador. La cita me la daban para dentro de una semana, así que decidí hacer el depósito al DAS necesario para sacar el papel y hacer la vuelta cuando estuviera en Pasto, que era sin cita, sólo había que hacer fila. Pasé por donde Andrés a su restaurante (ex-compañero de mi herman del colegio) para que me diera consejos y conseguí unos muy buenos. Voy a tener que hacer una página en este blog dedicada a recomendaciones que he aprendido de varia gente. De aquí me encontre con los ex-compañeros del salón (todos están igual), tomamos unas cervezas, comimos y cada uno pa’ la casa. Al otro día viajaría a Pasto y de ahí en bus a Ipiales; lugar que me recomendaron antes de pasar a Ecuador.

Llegué a Pasto, saqué el certificado judicial sin problema y seguí en bus a Ipiales, pueblo fronterizo con Ecuador. Dormí una noche acá, al otro día por la mañana fuí a las Lajas, donde al fin pude ver el ‘cuy’ (la rata que se come) y la catedral con fondo e’ piedra. Aquí me compré un rosario y decidí rezar uno para agradecer lo que llevaba del viaje y pedir por lo que viene. Debido a que no sé de memoria los misterios como mi mamá, me tocó inventarlos:
– El Primer misterio glorioso, es la removida de la roca en la entrada a la tumba de nuestro señor Jesucristo.
– El segundo misterio glorioso, es la desaparición de las medias en la secadora.
– El tercer misterio glorioso, es la ascención de nuestro señor Jesucristo al cielo.
– El cuarto misterio glorioso, es la virginidad de la Virgen (Mami es un chiste, relájate).
– El quinto misterio glosrioso, es el número de misterios gloriosos que hay en el rosario.

Llegué al puente que divide la frontera entre Colombia y Ecuador, sellé la salida, caminé al otro lado, sellé la entrada, y tomé un bus hacia Otavalo, Ecuador.

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